domingo, 5 de agosto de 2007

Pasional

El tango ha estado presente en mi vida desde mi más tierna infancia.
Mi papá era muy tanguero, y mi mamá lo sigue siendo, por lo tanto siempre se escuchaban tangos en mi casa.
Recuerdo que los miércoles por la noche veíamos en la televisión "Grandes valores del tango" por Canal 9, una cita ineludible. Era imposible que no llegara a gustarme esa música. Además mi papá fue amigo de Alfredo Gobbi, un excelente violinista y director de orquesta, y de algunos cantantes como Jorge Maciel, y me contaba muchas anécdotas de esas noches de bailes en los clubes a los que asistía toda la familia, y de los grandes artistas que pudo ver.

Como ya he contado en alguna oportunidad, ni en mis sueños más remotos existía la idea de cantar, que yo cante es una ocurrencia de Magdalena Ruiz Guiñazú, y aprovecho la ocasión para darle una vez más las gracias por su ayuda.

Fue sumamente emocionante para mí cuando me lancé a cantar tangos. Me hubiese encantado que mi papá me escuchara cantarlos, pero él se fue sin saber que yo me convertiría en cantante.

Tiempos felices. Junto a mi papá y Jenny, la chihuahua.



Fui armando un repertorio tanguero poco a poco. Había algunos tangos que me gustaban muchísimo pero sentía que no podría abordarlos nunca, ya sea por su temática o porque no los podía comprender. Uno de esos temas era "Pasional", un tangazo.



Hay temas que uno puede interpretar después de haber pasado por muchas experiencias, después de haber sido golpeado por la vida, después de haber sufrido por amor o por estar en estos momentos enamorado.

Mmmmm... "Pasional" sólo lo puede cantar alguien que ame mucho... será por eso que ahora puedo interpretarlo con la pasión que necesita?

No sabrás... nunca sabrás

lo que es morir mil veces de ansiedad.

No podrás... nunca entender

lo que es amar y enloquecer.

Tus labios que queman...

tus besos que embriagan

y que torturan mi razón.

Sed... que me hace arder

y que me enciende

el pecho de pasión.

Estás clavada en mí...

te siento en el latir

abrasador de mis sienes.

Te adoro cuando estás...

y te amo mucho más

cuando estás lejos de mí.

Así te quiero dulce vida de mi vida.

Así te siento... solo mía... siempre mía.

Tengo miedo de perderte...

de pensar que no he de verte.

¿Por qué esa duda brutal?

¿Por qué me habré de sangrar

si en cada beso te siento desmayar?

Sin embargo me atormento

porque en la sangre te llevo.

Y en cada instante... febril y amante

quiero tus labios besar.

¿Qué tendrás en tu mirar

que cuando a mí tus ojos levantás

siento arder en mi interior

una voraz llama de amor?

Tus manos desatan...

caricias que me atan

a tus encantos de mujer.

Sé que nunca más

podré arrancar del pecho este querer.

Te quiero siempre así...

estás clavada en mí

como una daga en la carne.

Y ardiente y pasional...

temblando de ansiedad

quiero en tus brazos morir.