jueves, 27 de marzo de 2008

El sueño imposible

¿Quién no tiene un "Sueño imposible"?
Yo tengo unos cuantos: hacer varios conciertos en el Gran Rex, en el Opera y el Luna Park y llenarlos obviamente jajaja, obtener discos de platino, ganar el premio Gardel, viajar nuevamente a Paris, conocer Grecia y no conformarme con ver los programas de Narda Lepes en el Gourmet, tener una casita en la loma de Stella Maris en Mar del Plata, grabar un nuevo CD... y algunos más que no voy a mencionar aquí, me los reservo porque esos son compartidos.
Si uno se lo propone puede cumplirlos, tal vez se demore un poco en concretarlos... pero si se persevera se puede alcanzar "la estrella".
Hace tres años que no pisaba un estudio de grabación. La última vez fue en abril de 2005 cuando hice con la producción de Hernán Novoa para BUHENO Producciones "TANGOS DEL ADIOS".
El domingo de Pascua, volviendo de Mar del Plata en micro, me propuse que tenía que volver a grabar sí o sí, evidentemente el haber pasado unos días maravillosos en la costa y por supuesto con la buena compañía que tengo me han cargado de energía y renovado mis pilas.
Hace más de un año que quería grabar pero por distintas circunstancias se iba postergando. Tenía todo preparado: las pistas seleccionadas y ensayadas, simplemente había que grabar. Pues bien... hoy jueves 27 de marzo empecé! Ya grabé 5 de los 15 temas que formarán esta producción discográfica.
Nada es casual. Uno de los temas que integran este CD es "El sueño imposible" del musical "El hombre de La Mancha". Hace muchos años yo cantaba esta canción en su versión original en inglés, incluso llegué a interpretarla en un concierto en el Club del Vino y en otros escenarios, después no sé por qué motivo la dejé de lado. Hace unos meses que ha vuelto a formar parte de mi repertorio, pero esta vez en castellano. Estoy inmensamente feliz con el resultado de esta grabación en particular que será el tema número uno.
Quería compartir con uds. la alegría que tengo al cumplir este sueño, que tal vez para muchos pueda resultar pequeño, pero para mí es muy importante.
Soñar lo imposible soñar,
vencer al invicto rival,
sufrir el dolor insufrible,
morir por un noble ideal.
Saber enmendar el error,
amar con pureza y bondad,
creer en un sueño imposible,
con fe una estrella alcanzar.
Ese es mi fin y lo he de lograr,
no importa el esfuerzo,
no importa el lugar,
saldré a combatir
y mi lema será:
"Defender la virtud
aunque deba el infierno pisar"
Porque sé que si logro ser fiel
a tan noble ideal,
dormirá mi alma en paz al llegar
el instante final.
Con fervor, decidido a luchar
por lograr esa estrella fugaz,
y dar por un sueño imposible
la fe por un noble ideal.

martes, 11 de marzo de 2008

Semana Santa en Mar del Plata

La primera vez que fui a Mar del Plata, siendo muy chico, uno de los primeros paseos por la ciudad fue una visita a la iglesia Stella Maris. Recuerdo esa primera impresión y mi deslumbramiento por la belleza que allí pude contemplar; desde entonces me he convertido en un devoto de esta advocación de María.


Cada vez que voy a Mardel lo primero que hago es visitar la parroquia. En las cuatro últimas oportunidades que he tenido de viajar me alojé muy cerca de la loma de Stella Maris, a unas cuatro cuadras de la iglesia.

Soy de cantar en las iglesias, porque para mí es la mejor forma de rezar y dar gracias a Dios por lo que la vida me brinda, y especialmente para agradecer por este don que me ha sido otorgado. Curiosamente, siendo tan devoto, nunca he cantado en esta iglesia. No sé por qué. Supongo que es por la gran emoción que es para mí estar en ese lugar.



Esta Semana Santa estaré en Mar del Plata y espero poder cantarle a la Virgen con mucho amor, justamente en este año que se cumple el primer centenario de la colocación de la piedra fundamental.
Si tuviera que elegir un lugar para vivir, sin dudas elegiría la loma de Stella Maris.

martes, 4 de marzo de 2008

Singin' in the rain

Como ya he comentado en alguna oportunidad, yo soy un fanático de algunos clásicos del cine.
Con tantos días de lluvia en Buenos Aires tuve deseos de ver una vez más "Cantando bajo la lluvia". Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que disfruté esta película, pero siempre produce el mismo efecto en mí: me hace reír, me dan deseos de cantar y de tratar de imitar inútilmente alguno de los pasos de baile de Gene Kelly.
Quería compartir con uds. un fragmento de la película. Ojalá que uds. al verlo también tengan ganas de cantar y bailar, o al menos dibuje una sonrisa.


sábado, 1 de marzo de 2008

Gabriel Fauré




Hace unos días mi querido amigo, Walter Quintana, maravilloso tenor y director coral de Bahía Blanca, me pidió que le sugiriera algún ciclo de canciones u obras sueltas para canto y piano que no fuera nada del Romanticismo alemán (porque estaba seguro que le sugeriría algo de Schubert o Schumann a quienes adoro jajaja). Mi primera sugerencia fue Richard Strauss cuyos lieder me parecen de una gran belleza, pero me respondió que a él el idioma alemán no le gusta para nada. Entonces mi segunda sugerencia fue Fauré.



Yo descubrí las maravillosas melodías de Gabriel Fauré gracias a la insistencia del Mtro. Opitz que me decía constantemente que la música de Duparc, Chausson, y especialmente Fauré eran ideales para mi voz. ¡Pobre maestro lo que insistió! hasta que finalmente me convenció. Yo no quería saber nada porque siempre me habían parecido demasido melancólicas esas obras... pero bue... y demosle el gusto a Opitz y probemos con los franceses.


Las primeras obras que estudié fueron: "Lydia", "Automme" y "Les berceaux". A medida que iba aprendiéndolas la belleza de esa música se fue apoderando de mí y produciendo una sensación de placer que jamás hubiera imaginado cuando las cantaba. A estas primeras tres canciones se fueron sumando otras: "Nell", "Après un reve"(no tengo el acento en forma de triangulito), "Au bord de l'eau", "Aurore", "Nocturne", "Clair de lune" y otras tantas.

¡¡¡Cuanta razón que tenía Opitz!!!




Y otro recuerdo imborrable gracias a estas canciones de Fauré fue que en un concierto que se hizo en el Conservatorio Nacional canté "Lydia" y "Les berceaux" acompañado por el propio maestro Guillermo Opitz, todo un honor para mí y en otra ocasión, también en el Conservatorio, me acompañó Dodi Rosenmeyer, quien también ha tenido una infinita paciencia conmigo.



Amigo Walter: me gustaría escuchar estas canciones interpretadas por vos. Con la dulzura de tu voz sonarán hermosas.