Me considero una persona muy afortunada porque siempre he estado rodeado de seres maravillosos que me aman, como mi madre, mis amigos, mi familia, el amor que aún siento de mi abuelita y de mis papás (yo he tenido dos papás, el que me trajo al mundo y el que me crió), y también seres que han aparecido en mi camino para guiarme y ayudarme a descubrir cosas que jamás imaginé. Una de esas personas es Magdalena Ruiz Guiñazú, a quién le debo mi eterna gratitud, primero por el cariño que siempre me ha brindado desde que trabajamos juntos hace algunos años en un programa del cable, y luego por esta posibilidad de cantar. Sí, se lo debo a ella!
Es ella quien tuvo la ocurrencia que yo debía cantar. Una tarde mientras preparábamos el material para el programa que se grababa al día siguiente me dice: "Claudio, ¿no te gustaría cantar? Creo que sos muy afinado y que podrías hacerlo bien. ¿No te parece divertido?". Yo quedé tildado ante estas preguntas. Jamás, ni en mi sueño más delirante se me cruzó esta idea de cantar. Fue Magda quien me presentó a mi primera maestra de Técnica Vocal, Alexia de Prat Gay, y además quién me becó durante 5 años las clases de canto porque yo no hubiese podido pagarlas.
Querida Magda: como lo hago en cada oportunidad que tengo, ya sea en entrevistas o simplemente hablando con alguien, te doy las ¡¡¡GRACIAS!!! por hacerme descubrir esta maravillosa posibilidad de cantar y de ser feliz con lo que hago.
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