Al llegar a Joigny y a la Cote Saint Jacques, que es un Relais Gourmand principalmente, cuyo dueño es el chef Michel Lorain, fuimos recibidos por la esposa del propietario, una señora que mostraba una muy "estudiada cordialidad". Al igual que en los dos hoteles anteriores nos dieron suntuosas habitaciones, enoooooormes. Vivi estaba fascinada con la suya porque tenía una ducha escocesa buenísima, yo no había tenido esa suerte, pero mi habitación era mucho más grande!!! jajaja. Si bien el hotel es muy bueno, no tenía punto de comparación con los anteriores... salvo el restaurant... FORMIDABLEEEEEEEEEE!!!
Llegamos a últimas hora de la tarde, por lo tanto sólo tuvimos tiempo de acomodarnos en nuestras habitaciones, darnos una ducha y... a comer! El Sr. Lorain nos agasajaba esa noche con una degustación de lo mejor de su cocina. Eran 7 platos y dos postres acompañados con distintos tipos de vino y obviamente champagne para el postre. Comimos hasta quedar exhaustos. Magda nos dice: "Chicos, tenemos que comernos todo. No podemos hacer el desprecio de dejar la comida en el plato. Qué va a pensar el chef?" Los postres los comimos a presión... no podíamos más. Y todo era tan delicioso. No tengo idea de cuánto podría costar una cena de esas características... pero creo que no entraría en nuestro presupuesto.
Al finalizar la comida vino el Sr. Lorain y luego se sumó su esposa para charlar con nosotros. El fue sumamente agradable con nosotros y ella mantenía siempre esa "estudiada cordialidad". Compartimos una copa de champagne con los anfitriones y luego... a dormir .
A la mañana siguiente luego de disfrutar de un exquisito desayuno, obviamente con croissants, nos pusimos con Vivi a grabar las instaciones del lugar.
La Cote Saint Jacques está ubicada a orillas del río Yonne, tiene un embarcadero propio y también un helipuerto. El lugar es bellísimo, y la villa de Joigny es muy pintoresca con muchos edificios y momumentos de la época medieval. Lamentablemente no tuvimos mucho tiempo para recorrer como nos hubiese gustado ese pueblo de cuentos.
Las habitaciones que grabamos eran las nuestras, ahí comprendimos por qué nos habían dado suites tan amplias y tan bien equipadas. Luego hicimos la entrevista con el Sr. Michel Lorain, y también una nota con su esposa que nunca pusimos al aire porque la verdad es que nos cayó tan mal esta señora que preferimos obviarla jajajajajaja.
Algo muy gracioso le ocurrió a Vivi. Cuando estábamos grabando los salones del hotel divisamos una pileta cubierta enorme. Vivi como es una gran nadadora no resistió la tentación de acercarse. Lo que no tuvo en cuenta al pasar es que la puerta de acceso tenía sensores que al pasar activaban unas duchas. Vivi se dio un gran susto y un gran duchazo también. Jajajajajajaa
Después de comer algo emprendimos el regreso a Paris. Como nos quedaba de paso nos dimos una vueltita por el Palacio de Fontainebleau. Pero esa visita la contaré en la próxima entrega.
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